INTRODUCCIÓN
La Historia es una de las ramas más importantes del conocimiento humano,
base fundamental de la cultura de todo profesional, no importa cuál sea su
especialidad y sobre todo fuente imprescindible para la formación ideológica de
los ciudadanos de cada país.
No es posible concebir un miembro de una comunidad social sin el
conocimiento preciso de su historia. Esto, indiscutiblemente, le permitirá amar
sus raíces, comprender el presente y ayudar conscientemente a forjar el futuro
de su país y de la humanidad.
En la clase de hoy nos proponemos como objetivo general que el alumno
conozca los conceptos más importantes de la Historia como ciencia social y sus
métodos y submétodos de estudio, para lo cuál nos planteamos los siguientes
objetivos específicos:
- Definir
brevemente el objeto, sujeto y fin de la Historia así como exponer el
concepto de Filosofía de la Historia.
- Explicar
sus métodos y submétodos de investigación.
- Enumerar
sus ciencias auxiliares y fuentes en que se nutre.
- Dar a
conocer las más importantes formas de reseñarla y
- Explicar
su división más aceptada y algunas de las periodicidades más utilizadas.
DESARROLLO
Objeto, sujeto y fin de la historia
Sin entrar en polémicas sobre análisis conceptuales de la Historia
seguiremos al viejo maestro de historiadores cubanos, el profesor Juan Martín
Leiseca, quién definía el objeto esencial de la Historia simplemente como la
reseña de los sucesos pasados y no tengo la menor duda de la certeza de sus
palabras.
Para él el sujeto de la Historia es el hombre y su fin presentar a los
hombres actuales el relato y consecuencias de los hechos del pasado, para que
por el estudio y comparación de esos hechos encuentren enseñanza y guía en su
labor del porvenir.
Pero estas definiciones deben ser llevadas para su completamiento al campo
de la Filosofía de la Historia que conceptualmente es la narración analizada,
comentada y comparada de los hechos históricos y es ésta la única forma en que,
a mi juicio, llena su fin la historiografía.
MÉTODOS Y
SUBMÉTODOS DE ESTUDIO
El método de investigación histórica es el analítico-sintético. Es
indispensable que en el estudio de las cuestiones históricas se analicen los
sucesos descomponiéndolos en todas sus partes para conocer sus posibles raíces
económicas, sociales, políticas, religiosas o etnográficas y partiendo de este
análisis llevar a cabo la síntesis que reconstruya y explique el hecho
histórico.
El método analítico es el heurístico, palabra que proviene del término
griego heurisko que quiere decir yo busco, descubro y que es el método que se
usa para encontrar lo nuevo, lo que se desconoce. En Historia sería el manejo
de las fuentes escritas u orales principalmente, aunque para el estudio de la
prehistoria habría que recurrir a otras ciencias auxiliares de las que
hablaremos más adelante. El eminente periodista, diplomático e historiador don
Manuel Márquez Sterling en su trabajo de ingreso en la antigua Academia de la
Historia de Cuba, Entorno de la heurística (1929), hace un interesante
comentario sobre dicho procedimiento investigativo.
El método de síntesis es el hermenéutico, palabra que proviene del término
griego hermeneuo, que quiere decir yo explico y que consiste en el arte y
teoría de la interpretación, que tiene como fin aclarar el sentido del texto
partiendo de sus bases objetivas (significaciones gramaticales de los vocablos
y sus variaciones históricamente condicionadas) y subjetivas (propósitos de los
autores). Este método es muy utilizado también en Teología y recientemente he
tenido oportunidad de leer un impecable estudio hermenéutico del doctor Evis L.
Carballosa Vidaud, teólogo bautista sobre la “Epístola a los Romanos” del
Apóstol San Pablo en su libro “Romanos. Una orientación expositiva y práctica”
(1994).
La investigación histórica también es deductiva-inductiva. Deducción,
palabra que proviene del latín deductio, que quiere decir sacar consecuencias
de un principio, proposición o supuesto, se emplea para nombrar al método de
razonamiento que lleva a la conclusión de lo general a lo particular. Este
método en Historia es fundamental, no es posible conocer y explicarnos la
historia local del municipio de Güines si no partimos del conocimiento de la
historia nacional de Cuba y de ésta si no lo hacemos partiendo de la historia
de América y de España.
Inducción, término que procede del latín inductio, que quiere decir mover a
uno, persuadir, instigar, nombra al método de razonamiento que asegura la
posibilidad de pasar de los hechos singulares a las proposiciones generales, o
sea de lo particular a lo general. Aunque la historia general de un país no es
exactamente la suma de sus historias locales, es muy importante conocer los
hechos particulares para alcanzar las conclusiones más reales en los resultados
de la investigación histórica.
Por lo tanto el método de investigación histórica debe ir de lo general a
lo particular, pero debe ser completado de lo particular a lo general.
Entre los principales submétodos de investigación histórica se encuentran
el cronológico, el geográfico y el etnográfico. El cronológico es a mi juicio
el más importante. Cronología proviene del nombre griego Cronos, que es el Dios
del tiempo, por lo tanto el conocimiento del desarrollo de los hechos por orden
sucesivo de fechas es imprescindible en toda investigación histórica. A partir
de ella se facilita extraordinariamente la interpretación histórica. A veces
constituye en sí una investigación como es el utilísimo libro del notable
historiador médico doctor José A. Martínez-Fortún Foyo Cronología Médica
Cubana. Contribución al estudio de la Historia de la Medicina en Cuba
(1947-1958), publicado en 16 fascículos.
El submétodo geográfico es el que trata los sucesos por orden de pueblos.
No es posible escribir la historia de un país o una región si no se tiene un
conocimiento acabado de su geografía. En Cuba no han sido pocos los
historiadores geógrafos como son los casos de los doctores Tomás Justiz del
Valle y José M. Pérez Cabrera, ni tampoco los geógrafos historiadores como los
doctores Leví Marrero Artiles y Antonio Núñez Jiménez.
Y por último señalaremos el submétodo etnográfico que relaciona los hechos
históricos por razas, nacionalidades, religiones, manifestaciones culturales y
otras. Como ejemplo de este submétodo tenemos la extraordinaria obra total
histórico– etnológica del sabio cubano don Fernando Ortiz Fernández, de la que
no queremos dejar de citar sus libros: Los negros brujos (1906), Los
negros esclavos (1916), El engaño de las razas (1946), Los
bailes y el teatro de los negros en el folklore de Cuba (1951) y los Instrumentos
de música afrocubanos (1952-1955), este último en cinco tomos, así
como la más reciente de la investigadora Natalia Bolívar Aróstegui, en la que
se destaca Los orichas en Cuba (1990).
CIENCIAS
AUXILIARES Y FUENTES EN QUE SE NUTRE LA HISTORIA
Acabamos de estudiar como submétodos la aplicación a la Historia de tres
ciencias muy importantes como son la Cronología, la Geografía y la Etnología,
pasaremos ahora a enumerar otras ciencias, también de importancia su
conocimiento, como auxiliares de la Historia.
La Arqueología, ciencia que investiga los monumentos no sólo en sus valores
intrínsecos sino también en su evolución en el tiempo y que incluye artes como
la Arquitectura, la Pintura, la Escultura y la Epigrafía, esta última comprende
el estudio de las inscripciones. Como ejemplo de dicha ciencia auxiliar de la
Historia tenemos el libro de Eugenio Sánchez de Fuentes Cuba
monumental, estatuaria y epigráfica (1916) e Historia de la
Arqueología Indocubana (1922) del doctor Fernando Ortiz.
La Paleografía, que estudia las escrituras antiguas. Para un historiador
cubano es muy importante el conocimiento de la gramática del castellano antiguo
y el latín. Como ejemplo de investigación en estas ciencia tenemos las obras: Lexicografía
Antillana (1914) del doctor Alfredo Zayas Alfonso y Léxico
Cubano 1946), en dos tomos, del filólogo, lingüista e historiador Juan
M. Dihigo Mestre.
La Epistemología o Gnoseología, que comprende el estudio de la teoría del
conocimiento, muy utilizada por los historiadores ingleses y norteamericanos.
En Cuba fue su principal propagador el doctor Luis A. Baralt Zacharie, hijo del
médico de José Martí doctor Luis A. Baralt Peoli, que fundó y desempeño la
cátedra de Teoría del Conocimiento en la Universidad de La Habana de 1934-1960.
La Numismática, que estudia las monedas y medallas antiguas y modernas.
Cuba posee un rico museo de Numismática adscripto al Banco Nacional, situado
entre las calles Cuba y Amargura de La Habana Vieja. El doctor Nicolás J.
Gutiérrez Hernández, fundador de la prensa médica en nuestro país y de la
Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, fue un notable
coleccionista y estudioso de monedas antiguas.
La Diplomática, que estudia los diplomas y documentos oficiales. Un aporte
a esta ciencia lo es Constituciones de la República de Cuba (1952),
edición facsimilar, obra publicada por la antigua Academia de la Historia de
Cuba.
La Sigilografía o Esfragística, que estudia los cuños de instituciones o
personas y los signos de los escribanos. El destacado investigador de nuestro
pasado, doctor César García del Pino y la paleógrafa y delineante Alicia Melis
Cappa, publicaron en 1982 la interesante obra El libro de los escribanos
cubanos de los siglos XVI, XVII, XVIII, en que reproducen y estudian 172 signos
usados en Cuba por escribanos de dichos siglos, el primero de 1531 y el último
de 1788.
La Heráldica, que investiga los escudos de países, provincias, municipios y
principalmente de familias. Durante varios años el investigador Antonio N. de
León publicó en el periódico “El Mundo” una sección sobre heráldica de familias
cubanas. También existió un Instituto Cubano de Heráldica y Genealogía que
presidió el notable genealogista Rafael Nieto Cortadellas.
La Genealogía, que estudia las familias. En la primera mitad del siglo XX
esta ciencia auxiliar de la Historia fue muy desarrollada en Cuba y su figura
principal lo es don Francisco Javier de Santa Cruz y Mallén, conde de San Juan
de Jaruco y Santa Cruz de Mopox, con su extensa obra Historia de Familias
Cubanas en seis tomos.
La Iconografía, que estudia las fotografías. El doctor Benigno Souza
Rodríguez publicó en el rotograbado del “Diario de la Marina” por los años de
la década de 1940 su importante “Iconografía de la Guerra del 95” y Arturo R.
de Carricarte de Armas su “Iconografía del apóstol Martí” (1925).
La Filatelia que estudia los sellos de correo. Nuestro país también posee
un rico museo de la Filatelia adscripto al Ministerio de Comunicaciones, en la
Plaza de la Revolución de La Habana. Una aplicación de esta ciencia a la
historia de la medicina es el libro del doctor Ernesto Bello Hernández Las
Ciencias Médicas en la Filatelia Cubana (1970).
Y no porque la he dejado para citarla al final deja de tener una gran
importancia, me refiero a la Antropología o estudio del hombre, cuyas
investigaciones se desarrollaron en Cuba desde el siglo XIX, principalmente a
partir de su segunda mitad, por el doctor Luis Montané Dardé. Esta ciencia la
constituyen numerosas ramas como la Antropología General, Física, Comparada,
Arqueológica, Social, Médica y otras, todas de gran valor para la Historia en
general y para la Historia de la Medicina en particular.
Entre las fuentes de las que se nutre la Historia tenemos en primer lugar
los Escritos o Documentos, que constituyen las fuentes escritas y que son las
más importantes. Se ha dicho, con sobradas razones, que la Historia comienza
con la escritura y que sin documentos no se la puede escribir. Ejemplos de la
importancia del documento es el ensayo El documento y la reconstrucción
histórica (1929), del erudito investigador de las letras cubanas doctor José M.
Chacón y Calvo; la obra Documentos para la Historia de Cuba (1968-1980),
en cinco tomos, de la doctora Hortensia Pichardo Viñals; el libro La
guerra de Cuba en 1878 (La Protesta de Baraguá) (1973), colección de
documentos del médico y general mambí Félix Figueredo Díaz, recopilados por el
académico César Rodríguez Expósito y el monumental Centón Epistolario de
Domingo Del Monte (1923-1957), obra en siete tomos, editada por la Academia de
la Historia de Cuba, en que se recoge el rico archivo epistolar de tan
importante figura histórica cubana.
En Historia de la Medicina los principales documentos los constituyen los
libros, folletos y artículos médicos, de ahí la importancia del estudio de la
Bibliografía. Ejemplo de lo que decimos son las obras: Bibliografía
Médico-Farmacéutica Cubana (1707-1905) (1906); Bibliografía Científica
Cubana (1919), tomo II dedicado a las ciencias médicas, en el que se
mencionan 4420 libros, folletos y artículos de 1 100 autores y Contribución
de los médicos cubanos a los progresos de la Medicina. Ojeada a la literatura
médica cubana (1926), todos del sabio bibliógrafo Carlos M. Trelles
Govín y las no menos importantes del doctor Jorge E. Le Roy y Cassá sobre
bibliografía de grandes figuras de la medicina cubana que ascienden a
dieciséis.
Los Testimonios constituyen las fuentes orales y le siguen a la Escritura
en importancia, sin embargo no me cansaré de repetir que no bastan estas
últimas como únicas fuentes para escribir la historia, ellas en muchas
oportunidades nos sirven de guía para la búsqueda de los documentos
imprescindibles. Siempre se citan las memorias de los participantes en hechos
históricos como los testimonios de más valor, pero para que esto sea cierto es
preciso que esas narraciones tengan como base diarios de actividades escritos
cuando se producían los hechos y la consulta de fuentes escritas. Uno de los
más eminentes historiadores del siglo XX, el profesor inglés Arnold J. Toymbee
ha dejado escritas importantes páginas sobre las ventajas y limitaciones del
testimonio como fuente histórica en su imprescindible libro A Study of
History (1946), doce tomos.
El Testimonio puede producirse espontáneamente por el testimoniante como en
“Pasajes de la guerra revolucionaria” (1963) del comandante Ernesto Guevara de
la Serna y “Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos” (1941) de José Martí Pérez o en
entrevista concedida al investigador, como Secretos de Generales (1996) por
Luis Báez Hernández, obra que contiene 41 importantes entrevistas.
Otras fuentes en que se nutre la Historia la constituyen las tradiciones de
los pueblos, las que heredadas de generación en generación constituyen un gran
aporte a la investigación histórica. Ejemplo de estas fuentes lo es el libro Contribución
al folklore (1927), en dos tomos, de don Manuel Martínez-Moles. Por
último los Monumentos, entendiéndose como tales los obeliscos, viviendas o
cuevas habitadas por el hombre, puentes, altares, sepulcros o arcos, siempre de
más valor para la historia los más antiguos y mejores conservados en su estado
original. Una obra de este tipo es el libro Cuevas y pictografías (sin
fecha) del doctor Antonio Núñez Jiménez.
FORMAS DE RESEÑAR
LA HISTORIA
Entre las formas más comunes de reseñar la Historia se encuentran la
Crónica, en la cual se expone lo ocurrido en un gobierno o región limitada, por
ejemplo Crónicas de Santiago de Cuba, en diez tomos, de Emilio
Bacardí Moreau; Cuba: Crónicas de la Guerra (1909), en tres
tomos, del General de División del Ejército Libertador de Cuba José Miró
Argenter y En Cuba libre (1938), crónicas del machadato, en
dos tomos, por Gonzalo de Quesada Miranda.
Las Efemérides en que se relata la Historia por días, como la monumental
obra Anales y Efemérides de San Juan de los Remedios y su Jurisdicción,
en 26 tomos del doctor José A. Martínez-Fortún Foyo yEfemérides Médicas
Cubanas (1985) de la doctora Elena López Serrano.
Las décadas, en que se reseña lo ocurrido en un espacio de tiempo de diez
años, como Guerra de los Diez Años (1868-1878) (1952), del
maestro de historiadores cubanos doctor Ramiro Guerra Sánchez.
Las Memorias, en que se narran los hechos históricos por alguien que actuó
de algún modo en dichos sucesos, como Memorias de la Guerra (1989),
por el General de Brigada del Ejército Libertador de Cuba Enrique Loynaz del
Castillo, publicación póstuma realizada por su hija la poetisa Dulce María
Loynaz Muñoz.
Pero la forma más usada por el historiador al escribir el informe final de
su investigación es el Ensayo, donde se exponen los hechos estudiados con el
mayor rigor metodológico de búsqueda e interpretación, este es el caso de la
reciente Historia de Cuba, obra proyectada en cinco tomos, de
las que han visto la luz cuatro hasta el año 2000, redactada por un colectivo
de autores de la Escuela de Historia de la Universidad de la Habana, integrado,
entre otros, por los doctores Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, José
A. Tabares del Real y José Cantón Navarro.
DIVISIÓN DE LA
HISTORIA
Es aceptado por todos los autores que la Historia se divide en: Universal,
General, Nacional o Particular, Provincial, Local, Institucional, Genealógica,
Biográfica y Autobiográfica.
La Historia Universal, es la que comprende el estudio de todos los pueblos
del planeta, como ejemplo de ella citaré dos obras verdaderamente monumentales,
la Historia Universal (1875) del historiador italiano del
siglo XIX, César Cantú, en diez gruesos tomos y la Historia Universal (l9l7-l922),
dirigida por el historiador alemán Guillermo Oncken, en 46 tomos.
La General, en la que se estudian determinados pueblos unidos por un origen
histórico, cultural o religioso, no podemos de dejar de citar Historia
General de los pueblos de habla inglesa, del famoso político inglés, Premio
Nobel de Literatura y erudito historiador sir Winston Churchill.
La Nacional, alcanza el estudio de un país o nación. La Historia de
la Nación Cubana (1952), en diez tomos, dirigida por los doctores
Emeterio S. Santovenia Echaide, Ramiro Guerra Sánchez, José M. Pérez Cabrera y
Juan J. Remos Rubio, es un logro notable alcanzado por la historiografía cubana
del siglo XX.
La Provincial, se reduce a la de una provincia o estado. La obra
Pinar del Río (1946) del doctor Emeterio S. Santovenia, que comprende
la historia de la más occidental de nuestras antiguas provincias, sirvió de
modelo para que, por los años de la década de 1950 y a convocatoria de la
antigua Academia de Historia de Cuba, se escribieran y publicaran las del resto
de nuestras provincias: La Habana, por el doctor Julio Le Riverend Brussone;
Matanzas, por el doctor Francisco J. Ponte Domínguez; Las Villas, por el doctor
Rafael Rodríguez Altunaga; Camagüey, por Mary Cruz de Augier y Oriente, por
Juan Jeréz Villareal.
La Local, comprende la historia de un municipio o una localidad de él.
Nuestro país tiene una rica tradición de historias locales en las que
sobresalen Historia de La Habana. Desde sus primeros días hasta 1565 (1938)
y La Habana. Apuntes históricos (1939), del erudito maestro de
historiadores doctor Emilio Roig de Leuchsenring y no podemos de dejar de citar
al más prolífico de los historiadores locales de Cuba, al historiador médico
doctor José A. Martínez-Fortún Foyo que publicó las de Remedios, Caibarién,
Camajuaní, Yaguajay, San Antonio de las Vueltas, Zulueta y Placetas.
La de Instituciones, en que se estudia un establecimiento de importancia
histórica, ejemplos de esta división los tenemos en Historia de los
Archivos de Cuba (1949), en dos tomos, del capitán del Ejército
Libertador y académico Joaquín Llavería Martínez; La Universidad de la
Habana. Bosquejo Histórico (1919) del doctor Juan M. Dihigo Mestre e Historia
Documentada de la Universidad de la Habana. Síntesis histórica (1965-1967)
del doctor Luis F. Le Roy y Gálvez.
La Genealógica, estudia una familia o grupo de ellas, como El árbol
genealógico de los Zambrana en Cuba (1958) del profesor Gregorio
Delgado Fernández o Dignidades Nobiliarias en Cuba del
diplomático Rafael Nieto Cortadellas.
La Biográfica, en que se estudia la vida de un personaje histórico como la
antológica biografía Martí, el Apóstol del doctor Jorge Mañach Robato; la no
menos antológica Finlay (1951), del historiador médico César
Rodríguez Expósito y las muy numerosas del erudito historiador don Gerardo
Castellanos García que comprende, entre otras, sobre Ignacio Agramonte Loynaz,
Juan Bruno Zayas Alfonso, Calixto García Iñiguez, Gerardo Castellanos Lleonard,
Néstor Aranguren Martínez, Francisco Gómez Toro, Adolfo del Castillo Sánchez y
Serafín Sánchez Valdivia. No quiero dejar de destacar las muy documentadas Vida
y obra del sabio médico habanero Tomás Romay Chacón (1950) del doctor José
López Sánchez, maestro de historiadores médicos cubanos y Don José de la Luz y
Caballero (1947) del profesor Manuel I. Mesa Rodríguez, último presidente de la
antigua Academia de la Historia de Cuba.
Y la Autobiográfica, en la que el propio personaje relata su vida, como Recuerdos
de mi vida (1918) del Padre de la Oftalmología Cubana doctor Juan
Santos Fernández Hernández; Autobiografía (1910) del general
de división del Ejército Libertador de Cuba José Rogelio del Castillo Zúñiga,
de gran valor histórico o el célebre Diario Intimo del
filósofo de Ginebra Enrique Federico Amiel, de extraordinario valor
psicológico.
PERIODICIDAD DE
LA HISTORIA
Es común entre los historiadores llamar Edades a los períodos en que se
separa la Historia y ellas abarcan acontecimientos determinados por especial
influencia en la marcha de la humanidad, la más aceptada clasificación en
Edades y sus límites es la siguiente:
A. Prehistórica o Geológica, comprende desde las primeras noticias sobre el
hombre que nos da la Arqueología, hasta la aparición de la Escritura y se ha
dividido en los Períodos Primario, Secundario, Terciario, y principios del
Cuaternario. Otros autores la dividen en Edad de Piedra, subdividida ésta en
período Paleolítico o de la piedra toscamente tallada y Período Neolítico o de
instrumentos de piedra pulimentada y Edad de los Metales, subdividida en Etapa
de Bronce y Etapa de Hierro. El gran historiador inglés Robert Morgan la divide
a su vez en: Época del Salvajismo, subdividida en Inferior, Media y Superior y
Época de la Barbarie, igualmente subdividida en Inferior, Media y Superior.
B. Edad Antigua, desde la aparición de la Escritura o también desde las
grandes migraciones y notables movimientos del hombre hasta la destrucción del
Imperio Romano de Occidente en el año 476 d.n.e.
C. Edad Media, desde la última fecha citada hasta la toma de Constantinopla
por los turcos en 1453.
D. Edad Moderna, desde ese hecho histórico de capital importancia para Europa, principalmente, hasta la Revolución Francesa de 1789.
E. Edad Contemporánea, hasta nuestros días.
D. Edad Moderna, desde ese hecho histórico de capital importancia para Europa, principalmente, hasta la Revolución Francesa de 1789.
E. Edad Contemporánea, hasta nuestros días.
Los historiadores marxistas la periodizan tomando en cuenta las formas de
producción económica imperantes y así las nombran:
A. Régimen de la Comunidad Primitiva, que abarca el mismo espacio de tiempo
de la Edad Prehistórica de la anterior clasificación.
B. Régimen Esclavista, comprende la anterior Edad Antigua. En el se estudia principalmente la historia de Egipto, Mesopotamia, Babilonia, Fenicia, Judea, Persia, India, China, Grecia y Roma.
C. Régimen Feudal, desde la destrucción del Imperio Romano de Occidente hasta la Revolución Capitalista Inglesa de 1640 a 1660. Este período se ha subdividido a su vez en dos Edades: Media Temprana, del año 476 d.n.e. hasta el inicio de los grandes descubrimientos geográficos(1492) y Media Tardía, hasta la Revolución Capitalista Inglesa.
D. Tiempos Modernos, que abarca desde el final del período anterior hasta la Comuna de París en 1871.
E. Tiempos Contemporáneos, hasta la Revolución Rusa de 1917.
F. Historia de los Tiempos Actuales, hasta nuestros días.
B. Régimen Esclavista, comprende la anterior Edad Antigua. En el se estudia principalmente la historia de Egipto, Mesopotamia, Babilonia, Fenicia, Judea, Persia, India, China, Grecia y Roma.
C. Régimen Feudal, desde la destrucción del Imperio Romano de Occidente hasta la Revolución Capitalista Inglesa de 1640 a 1660. Este período se ha subdividido a su vez en dos Edades: Media Temprana, del año 476 d.n.e. hasta el inicio de los grandes descubrimientos geográficos(1492) y Media Tardía, hasta la Revolución Capitalista Inglesa.
D. Tiempos Modernos, que abarca desde el final del período anterior hasta la Comuna de París en 1871.
E. Tiempos Contemporáneos, hasta la Revolución Rusa de 1917.
F. Historia de los Tiempos Actuales, hasta nuestros días.
Con la caída del régimen socialista en los países de Europa del Este esta
periodicidad seguramente será modificada sobre todo con respecto a los dos
últimos períodos.
RESUMEN
En la clase de hoy hemos expuesto brevemente los conceptos fundamentales de
la Historia como ciencia social, tales su objeto, sujeto y fin y la más
abarcadora concepción de la Filosofía de la Historia.
Nos hemos acercado a sus métodos de investigación como el
analítico-sintético, basado en la heurística y la hermenéutica, para llevar la
investigación de lo general a lo particular (deductivo), que es el método
histórico por excelencia, pero completándolo con la investigación de lo
particular a lo general (inductivo).
Dejamos ver la importancia de submétodos como el cronológico, geográfico y
etnográfico. Citamos y explicamos otras ciencias auxiliares tan fundamentales
como la Arqueología, la Paleografía, la Epistemología o Gnoseología, la
Numismática, la Diplomática, la Sigilografía ó Esfragística, la Heráldica, la Genealogía,
la Iconografía, la Filatelia y la Antropología.
Destacamos la importancia de las fuentes escritas y orales en la
investigación histórica, sin menospreciar las tradiciones y los monumentos.
Nos detuvimos en las diferentes maneras de reseñar la Historia como las
Crónicas, las Efemérides, las Décadas, las Memorias y sobre todo el Ensayo
histórico.
Pasamos entonces a la muy utilizada división de la Historia en Universal,
General, Nacional, Provincial, Local, Institucional, Genealógica, Biográfica y
Autobiográfica, ilustrándolas lo más posible con ejemplos de obras de autores
cubanos, para terminar con la exposición de las periodicidades más
frecuentemente empleadas por historiadores burgueses y marxistas.
A continuación les enumero la bibliografía que pueden consultar para
ampliar el conocimiento sobre el tema de la clase de hoy.
BIBLIOGRAFÍA
RECOMENDADA
Carlyle T. El culto de los héroes. Buenos Aires. Ed. Tor. (Sin fecha).
Dahm I, Geissler A et al. Sociología para médicos. La Habana. Ed.
Cien. Soc. 1985.
Hosak L, Krandzalov D et al. Fundamentos de la Historia. La Habana.
Editorial Universitaria. 1965.
Langlois C V, Seignobos G. Introducción a los estudios históricos. La
Habana. Ed. Universitario. 1965.
Leiseca J M. Historia de Cuba. La Habana. Libr. Cervantes. 1925.
Machado R J. Como se forma un investigador. La Habana. Ed. Cien. Soc. 1988.
Pérez Cabrera J M. Fundamentos de una Historia de la Historiografía Cubana.
La Habana. Imp. “El siglo XX”. 1959.
Plasencia A. Lecturas escogidas de metodología. La Habana. Edit. Cien.Soc.
1975.
_________. Metodología de la investigación histórica. Sus fuentes y las
ciencias auxiliares de la historia. La Habana. Ed. Estarcida. 1980.
Plejanov J V. El papel del individuo en la Historia. La Habana. Ed.
Política. 1963.
Reyes A. Mi idea de la Historia. Monterrey. Colec. Camelina. 1949.
Zanetti O, García A. Metodología de la investigación histórica. Los métodos
cuantitativos. La Habana. Ed. Estarcida. 1980.
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